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Navegando por el río Mekong en slow boat 🚤

Río Mekong
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Hace unos días vimos el capítulo de Ríos del mundo, un interesante programa que habla de los distintos cauces más importantes para nuestro planeta y donde, en su tercer capítulo, mostraban al río Mekong,

Verlo nos trajo muchos recuerdos de nuestra travesía por el Sudeste Asiático pues una de las tantas cosas que hicimos fue navegar por este río para cruzar de Tailandia a Luang Prabang, Laos. Conoce nuestra travesía acuática ⛴️ en este post.

Primera parada: Chiang Khong, Tailandia

Tras nuestro paso por Chiang Mai y Chiang Rai al norte de Tailandia, quisimos dirigirnos a Chiang Khong, un pequeño pueblo que está a orillas del Mekong, pues nuestra próxima travesía era navegar por este río.

Chiang Khong, pese a ser tan pequeño, es bastante conocido por el triángulo de oro, lugar geográfico donde, gracias al Mekong se unen Tailandia, Birmania y Laos. Nos hablaron bastantes excentricidades de este lugar pero por temas de tiempo y ganas no lo visitamos. Leímos y según el testimonio de un viajero que conocimos en la ruta, en este espacio se da un brutal tráfico de todo tipo de animales, se venden licores con escorpiones dentro y otras cosas que no describiremos en este post.

La verdad es que nuestro objetivo principal era cruzar a Laos y continuar nuestro viaje navegando por el Mekong, por lo que nuestro paso por Chiang Khong sería muy rápido. Llegamos de noche al pueblo y estaba cerrado, así que no nos quedó otra alternativa que comer algo rápido en una especie de bar (extrañamente, el Night Market de la ciudad estaba cerrado porque al ser una ciudad a orillas del río, funcionaba desde muy temprano y ya cuando oscurecía, la gente se iba a descansar) y nos fuimos a dormir porque queríamos ver el amanecer en el río.

Al otro día, a eso de las 5:30 am estábamos en pie para ver el hermoso espectáculo que fue contemplar el amanecer a orillas del río.

Amanecer en Chiang Khong, Tailandia

Segunda parada: Huay Xay, Laos

Antes de planificar este viaje leímos bastante respecto a las formas para cruzar hacia Laos y así poder tomar nuestro barco o slow boat. Una de ellas fue contratar el ticket del barco en Tailandia, mediante un dato que nos dieron y que contactamos vía WhatsApp, donde ellos se encargaban de tramitar prácticamente todo el itinerario, desde el cruce de Chiang Khong a Huay Xay hasta llegar, 2 días después a Luang Prabang, una bella ciudad de Laos. Lo único que teníamos que hacer por nuestra parte era llegar a migraciones.

Tras ver el amanecer, volvimos a nuestro hospedaje a recoger nuestras cosas y esperar a que un uber fuera por nosotros para que nos dejara en la frontera de Tailandia. Ahí hicimos migraciones y nos encontramos con la gente de la agencia para cruzar hacia Laos en un bus que te proporciona migraciones (pero que tienes que pagar sí o sí pese a que no puedes cruzar la frontera de otra forma) y emprendimos el cruce hacia Laos a través del puente de la amistad.

Posteriormente a los trámites del visado (que sale aproximadamente 35 dólares por personas y donde te piden sí o sí 2 fotos tamaño carnet) tomamos un tuk-tuk que nos llevó hacia una especie de agencia (que en realidad era un patio de una casa), donde hicimos una parada para desayunar un bánh mì, el subway del sudeste asiático, y donde pudimos ir al baño para continuar nuestro trayecto, en otro tuk-tuk, hasta el slow boat.

Arriba del slow boat

Slow Boat en Río Mekong

Tras toda una mañana de aventuras y ya casi a mediodía, pudimos subirnos a nuestro barco. Tras haber guardado nuestro equipaje, nos pasaron bolsas para quitarnos los zapatos 👟👟 . Si bien el piso no estaba muy limpio, acatamos la orden. Cuando vimos el barco, nos percatamos de que era bastante grande, cabían fácilmente unas 50 personas, pero las instalaciones eran bastante precarias. Claramente, iba estaba lleno de turistas con ganas de una fiesta acuática.

Nos habían recomendado llevar víveres para el camino porque si bien dentro del barco vendían eran un poco caros, así que nos preparamos para full day de navegación.

El trayecto del primer día duró aproximadamente 7 horas, por lo que, a medida que avanzábamos y nos íbamos cruzando con otras embarcaciones, conocimos a mucha gente, sobre todo a gente joven que estaba dándose un año sabático o estaba conociendo esta hermosa parte del planeta. Estadounidenses, europeos y hasta sudamericanos fueron parte de esta ruta.

También, en cada cercanía a tierras, los niños corrían hacia nosotros para vendernos sus artesanías.

Río abajo por Slowboat en Laos

Tercera parada: Pak Beng

Bellísimo despertar en Pak Beng, junto con Slowboats.

Ya era casi de noche cuando llegamos a Pak Beng, una especie de aldea donde pasamos la noche. No tiene más de 4 calles y está sumamente enfocada en el turismo, por lo que los restaurantes y hostales abundan. Nosotros habíamos reservado antes una habitación por Booking porque nos habían dicho que los alojamientos estaban reservados con harto tiempo de anticipación pero cuando llegamos, nos dimos cuenta que aún había oferta.

Comimos algo y nos dormimos. Logramos visualizar lo mágico de este lugar en el amanecer, cuando despertamos, sin alarmas, con fuertes gritos provenientes del río. Nos asomamos y vimos que eran ¡elefantes bañándose en el río! 🐘🐘 Un espectáculo maravilloso e indescriptible que solo pudimos ver con nuestros ojos.

Tras recomponernos de la emoción y desayunar, volvimos a la embarcación para seguir la travesía por el Mekong. Normalmente, uno pensaría que el viaje seguiría en la misma embarcación del principio, pero el sudeste siempre te sorprende. A la gran mayoría de la gente le cambian a un barco peor del que se subieron al comienzo pero nosotros tuvimos suerte y nos tocó uno mucho mejor.

La navegación fue tranquila y amistosa. Mientras navegábamos, nos maravillábamos de lo que estábamos viendo y nos sentíamos muy afortunados. Nuestras reflexiones iban siempre en compañía de buenas conversaciones y cervezas no tan frías que ayudaban a capear el calor.

Un relajo arriba del slowboat, camino a Luang Prabang

Tras unas 7 horas de navegación llegamos al puerto que estaba a unos kilómetros de Luang Prabang. Ya estábamos, al fin, en tierra laosiana. Navegar por el Mekong es algo que deberías hacer si alguna vez vas al sudeste asiático. Es una travesía muy bella donde puedes conocer de mejor forma a los locales y maravillarte con las sorpresas que la naturaleza tiene para nosotros.

De la continuación de esta aventura, pronto les contaremos.

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